Estar embarazada es algo hermoso, que de cualquier manera conlleva muchos, muchos, cambios hormonales. Así que la próxima vez que alguien quiera ser simpático será mejor que lo piense dos veces, pues probablemente no estés de humor. O sí, pero ese comentario quizá ya lo escuchaste demasiadas veces. Aquí una lista de ejemplos.
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Parece que estás por reventar
¿En serio? ¿Crees que no me he visto? Estoy por dar a luz a otro ser humano, quizá eso lo explique.
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¿Gemelos? Seguro sabes que no tendrás tiempo de nada ¿verdad?
Gracias por recordármelo, no lo había pensado lo suficiente durante todos estos meses. Los pañales, los llantos, todo. Pero gracias por recordármelo.
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Duerme todo lo que puedas antes de que nazca
Si me regalaran un pañal por cada vez que escucho este comentario...
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Aprovecha todo el tiempo que puedas ahora
Estoy saliendo a cenar y al cine cuánto puedo, no lo duden. Ya sé que por delante sólo quedan noches de Netflix, comida a domicilio y llantos.
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Vas a darle pecho ¿verdad?
Por muy amable que lo digas, este tipo de comentarios implican un juicio. Lo sé. Y sí, planeo amamantarlo.
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¿Puedo sentirlo?
Es grosero decirte que no ¿sabes? Pero no soy la estatua de un Buda en un restaurante chino.
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Vaya, alguien está comiendo por dos
¿Qué quieres decir exactamente?
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¿Dos niñas? Qué lástima que no fuera uno de cada uno
Los niños no son pedidos de Amazon ¿sabías? Es lo que hay. Ya sé que tendré que volver a intentarlo para tener al niño. Ya lo sé.
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Mucha suerte con tus gemelos. Yo tengo un niño de seis y no imagino cómo habría sido tener dos
Interpreta mi sonrisa. Sólo eso.
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¿Has visto como las modelos de Victoria’s Secret retoman la figura en semanas?
Por supuesto. Debe ser mucho más fácil si tienes un chef en casa, un entrenador personal, un nutriólogo las 24 horas…
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¿Ese nombre? ¿De verdad?
¿Sabes? Tienes razón, no lo pensé demasiado tiempo. Toma, te presto mis 20 libros de nombres de bebé. A ver si tu encuentras uno mejor.
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Es mejor saber qué va a ser. Así no hay sorpresa
Sorpresa… sorpresa. Esa palabra me suena. ¡Claro! Es justamente esa la razón por la que no quisimos saber el sexo del bebé.
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¿Cuánto has subido?
Sólo aléjate, por favor. No digas nada más. Gracias.
Fuente: Reader's Digest