Es normal que de pronto te sientas preocupada por la seguridad de tu bebé o por lo que ser madre implica. La maternidad trae consigo muchos cambios, pero es importante no dimensionar erróneamente los problemas. Te compartimos algunos de los casos más comunes.
¿Lo estoy haciendo bien?
A pesar de haberte preparado lo suficiente, leyendo libros, consultando a tu médico o yendo a clases prenatales, es normal que sientas un poco de ansiedad tras el parto y te preguntes si lo estás haciendo bien. No te sientas mal si el resto opina que estás haciéndolo equivocadamente, como amamantarlo o darle biberón, leche o fórmula, etc. Recuerda que aunque te equivoques, lo importante es aprender con la práctica y hacer las cosas con cariño.
¿Hay algo mal con mi bebé?
Tendemos a reaccionar excesivamente con cualquier cosa que le ocurra a nuestros pequeños, y está bien, pero la mayoría de las veces no es para tanto. Si vomita, tiene acné o, incluso, si tiene hipo. Prestar atención para prevenir que las cosas se compliquen es importante, pero hay que tener en cuenta que atravesará por muchas cosas que no representarán ningún problema.
¿Podría mi hijo tener problemas de desarrollo?
Algunas veces las gráficas de los hitos del desarrollo pueden llegar a ser confusas. No todos los niños desarrollan las mismas habilidades en el mismo tiempo; se trata solamente de una estimación muy amplia. De modo que tu hijo podría estar adelantado en términos de ciertos hitos, o detrás de otros niños en otros aspectos, así que no te agobies.
¿Cómo protegerlo en todo momento?
Aún antes de nacido piensas en todo momento cómo proteger a tú bebé, es algo instintivo, pero considera en qué momentos te excedes. Es normal preocuparse y hacer lo necesario para que no se enferme o lastime, pero muchas veces solemos equivocarnos y creer que los bebés son menos resistentes de lo que en realidad son. Procúralo pero sin que ello te quite el sueño.
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¿Pueden sucederle cosas de las que no tengo control?
Probablemente sí, pero no vale la pena vivir preocupados. Esa es una lección que debemos aprender demasiado pronto y que nos servirá para siempre. Durante toda su vida, nuestros hijos seguirán enfrentándose a cosas que nosotros como padre no podemos controlar, así que lo mejor que podemos hacer es tomar precauciones y, eventualmente, educarles para que ellos se cuiden.
¿Dejaré de lado mis otros planes?
La maternidad modifica las prioridades, eso es cierto. Es fácil perder ciertas cosas durante la maternidad, pero recuerda siempre que es solo una etapa, tu pequeño crecerá y entonces podrás retomar lo que dejaste de lado. Tampoco te abrumes intentando ser perfecta en todo, esfuérzate pero reconoce que cada cosa tiene su tiempo.
Fuente: Mom.me